martes, 15 de enero de 2008

lo mejor de París

Desde que dejé Buenos Aires que no te veía...y hoy te vi, entre altavoces y turbinas. Hermosa...dolorosamente hermosa.
Te apareciste delante de mí como si el tiempo nunca hubiera pasado y me sonreíste. Te apareciste delante de mí como si nuestras vidas no hubieran cambiado. Como si las arrugas no me hubieran cortado la cara y como si mi pelo siguiera habitando la cáscara que recubre mis estúpidas e infantiles ideas.
Te apareciste delante de mí como si todavía me amaras…y entendí que lo mejor de París es que no tiene tu sonrisa.
Entendí que lo mejor de París es que no me duele.