jueves, 13 de diciembre de 2007

entrecasa

Es un dulce movimiento el que producen mi mano y tu cintura....ondulatorio, constante, repetitivo y ni aún así rutinario.
Por momentos, trato de que mis dedos emitan pequeñas presiones sobre tu cuerpo, pequeñas descargas. Cada uno de ellos en diferentes momentos y con diferentes intensidades; como pulsaciones, como latidos. Intermitencias descontinuadas, que solo buscan desconcentrarte y hacerte perder el paso.
Notas mis intenciones y me hechas una mirada, pero luego sonríes. Entonces acerco mis labios a tu oreja y comienzo a contarte aquella anécdota de aquel hombre que bailaba con su mujer canciones de Chet Baker en el living de su casa.
Todo esto...mientras bailamos.

sábado, 1 de diciembre de 2007

aquel vestido negro

Qué me importa que esta noche no sepas que ponerte, de todos modos es lo mismo. Siempre lo es. Te ponés aquel vestido negro que tanto odio. Aquel que te regaló algún ex-"amor de tu vida" con el que cada tanto fantaseas con regresar.
Lo sacás del placard y lo extendés cuidadosamente sobre la cama, lo mirás y pensás en él. Te lo ponés, te observás al espejo y volvés a recordarlo.
Puedo verte desde el baño, a través de reflejo del espejo. Mientras me acomodo la camisa entre los pantalones, te miro; sos tan hermosa como odiosa.
Te miro y pienso en como él te dejó. En cómo tus miserias y tu amor a cuentagotas no le resultaron un negocio rentable y simplemente te abandonó.
No le importó que fueras preciosa, ni que aquel vertido negro te quedara sencillamente perfecto. Simplemente te dejó.
Te quitó de su cabeza de igual manera que esta noche deseo que te quites ese odioso vestido negro.

martes, 6 de noviembre de 2007

marzo del ´76

Estaba sentado en la silla despintada de aquel bar, sobre la mesa que da a la ventana. Haciendo figuras con las servilletas de papel, fumando un cigarrillo, escuchando alguna noticia en la radio. Esperaba que llegaras al bar caminando sobre tus tacos altos, con tus largos collares y tu pequeña cartera.
Cada tanto me distraía con algún comentario en el lugar. Pero luego volvía a poner la mirada sobre la puerta. Jugaba a adivinar el momento en el que entrarías.
La radio se centró en una noticia, parecía que algo importante ocurría, pero no lograba retener lo que escuchaba. Mi cabeza se iba y volvía, para vigilar aquella puerta.
Nunca apareciste...ni vos, ni tus collares, ni tu pequeña cartera. Ni siquiera el ruido molesto de tus tacos altos entro por la puerta del bar.
La radio ya no insistía con la noticia y ahora transmitía un partido de fútbol.

jueves, 25 de octubre de 2007

era un buen collar

Era un buen collar el que vestía tu largo y hermoso cuello aquella noche.
Nunca descifré si era él quien te adornaba o era al revés. Tal vez él se sentía importante solo cuando tú lo llevabas puesto.
Radiante y elegante brillaba sobre tu piel, abriendo el camino a las miradas para que estas se deslizaran hacia tu escote. Tal vez aquel collar no era nada sin tu largo y hermoso cuello.
¿Y sí no era más que un par de piedras unidas por un hilo de seda, las cuales solo tenían sentido sobre tu cuerpo?
Pensándolo así, tal vez yo fui una piedra más de las tantas a las que adornabas. Tal vez yo fui parte de aquel buen collar al que sabias como vestir.

mi nena

Abro mis ojos y veo el desorden...un gran desorden. Botellas vacías, ropa, botellas a medio tomar, piernas, botellas rotas, cabellos, más botellas y más piernas. Cuáles son las tuyas...no lo se. Quién eres tu, no lo se. Qué hago yo aquí...menos aún.
El sol entra en el pequeño departamento y comienza a evaporar los alcoholes. El hedor invade el ambiente y desde el baño escucho a alguien vomitar.
Fiesta de mierda...si solo supiese cuál de todas estas eres tú.
Comienzo a mover los cuerpos buscando una cara familiar, pero la porquería que revuelvo no me es familiar, o al menos no quiero que lo sea.
Voy a la cocina y encuentro una pareja aún dormida. Separo con violencia al imbécil que te tiene agarrada del culo, pero aquella rubia de aspecto cadavérico no eres tu.
Cada vez más desesperado te busco por el lugar, despertando algún que otro borracho que me putea al pasar.
Perra traidora...de seguro te fuiste con aquel idiota que te insistió toda la noche con bailar. Puta.
Agarro mi saco, un par de aquellas botellas a medio tomar y encaro hacia la puerta.
Pero ahí estás, en un rincón, aún dormida. Alejada del resto, como queriendo no ser parte de todo esta basura. Sosteniendo con fuerza mi paquete de cigarrillos, como una señal, esperando que te rescate. Te vez hermosa.
Me acerco y te beso...despiertas y me preguntas si podemos ir a casa.
- Si nena...lo que tu quieras.

martes, 9 de octubre de 2007

Byron nunca me gusto

No puedo evitar decir que soy un romántico y que te extraño. Que me cago de asco cada vez que tomo estas pastillas y que cada vez que me emborracho con mi botella de alcohol me duele el hígado. Que mi nariz ya no aguanta otro soplo más y que los cigarrillos se consumieron mis pulmones.
Soy un romántico porque pienso que antes todo era mejor. Todo dolía menos cuando vos estabas. Cuando vomitaba siempre estabas ahí para sostenerme la frente y cuando lloraba fingías no verme para no avergonzarme. Soy un romántico por pensar en vos y en lo bueno de esos momentos.
Podría seguir diciéndote todas esas pelotudeces que se suelen decir cuando uno piensa que todo lo pasado fue mejor. O también, podría sentarme en mi puerta con mi botella a pedirle explicaciones a las parejas que pasen por la vereda para luego mandarlas al carajo y desearles lo peor. Pero no me dan ganas.
Nena soy un romántico y, como siempre te dije, los románticos dan asco.

jueves, 27 de septiembre de 2007

asesino

Mi mente sigue en blanco tratando de olvidar lo sucedido. Camino dejando atrás mi cuerpo y me interno en lo inmenso. En lo eterno. En lo blanco....acaso estoy muerto? Desearía, pero no es tan fácil.
Caigo en mi cuerpo otra vez y veo mis dedos, mis manos. Siento mi boca seca, pastosa. Mastico las palabras que pienso decir y antes de que salgan, las trago. Amargas, coaguladas. Necesito desenchufar me de lo que hice....pero no puedo, el arma sigue echando humo.
La bala no me mató pero me dejó bastante feo. De todos modos nunca fui lindo. Ni yo, ni mi vida.
Chorreando sangre por todos lados, camino por el living de la casa pintando todo de rojo. Estoy buscando mi botella de alcohol. Agarro la nota suicida que hace unos minutos escribí y la hago un bollo. Me voy hacia el sillón tapizado a medias con cuerina barata. Me siento y estiro los pies.
Mis medias están sucias, mañana las lavaré.

martes, 25 de septiembre de 2007

histérica

Todo era diferente en ella; su piel, su aliento. Al tocarla mis dedos parecían rayarla, y al hacerlo, reía con picardía pidiéndome que me detenga, como si en el fondo realmente quisiera que nunca dejara de hacerlo.
Era un artefacto interesante producto de la naturaleza, tirada en mi cama. Su inmensa boca desgarraba mi almohada, mientras que sus pelos marrones y ojos color café gemían al compás de las caderas. Ella era un hermoso e histérico artefacto.

domingo, 16 de septiembre de 2007

muchachito

Qué tan complicada quedo mi cabeza luego de que un niño de jardin dibujara en sus paredes con sus crayones.
Entró a la habitacion, tomó un crayon verde y trazó una linea horizontal. Comenzó a dibujar el pasto; corto y parejo sobre toda la superficie sin dejar espacios vacios. En ocaciones dejaba alguno sin cortar, asomándose por sobre los demas, como queriendo espíar.
Con otro crayón se dedicó a pintar el cielo. Allí donde terminaba el pasto, nacio un azul que cubría la parte superior del dibujo. Rayones cruzaban de un lado al otro, emparchando los espacios vacios que se colaban por debajo de sus brazos.
Al llegar a la mitad, cambio el crayón azul por uno amarillo e hizo un círculo del cual salían líneas disparadas desde el centro del redondel hacia afuera. Aunque la mezcla de las dos crayolas le dieron un tono amarillo-verdoso, no tuvo reparo en llamarlo sol ni en declarar que su sola presencia iluminaría todo el dibujo.
Le agregó un árbol, el que colocó en el extremo izquierdo del dibujo. Un tronco marrón y un follaje espeso que no deja ver más allá de él. Con fuerza remarcó la copa como queriendo contener el verde oscuro.
Hizo un paso atras y miró con agrado su obra, su paisaje ideal; su suave pasto, su sol amarillo-verdoso de rayos abrazantes, su arbol con copa enorme. Sonrió. Guardo los crayones en su caja, ordenandolos de acuerdo a su color y tamaño. Limpió sus manos en su pantalón. Dio media vuelta y se fue.

miércoles, 12 de septiembre de 2007

la puerta

La resaca no tiene piedad y tira a matar...mis neuronas caen muertas. La puerta del departamento aún sigue abierta culpa de la histérica de la noche anterior. Cansado, me levanto a cerrarla.
Para sorpresa de mi vecina, la señora X, que mira atónita desde el final del pasillo, hoy no traigo ropa puesta, entonces con una mano la saludo y con la otra me sacudo la verga..."que tenga buen día doña". La vieja me mira y se mete corriendo al asensor.
Gente de mierda...lo hacen sentir a uno como un desubicado.

polvo

No puedo dormir...la luna brilla mucho y me rompe las pelotas. La luz se escabuye por las endijas de la persiana y se me clava en la pupila como un alfiler de gancho. Medio ciego y medio enojado, me levanto.
Hace tiempo que no duermo bien. Me faltan tus ganas de querer clavarme los dientes a la madrugada. Dónde voy a encontrar una puta tan puta como vos?
Salgo a recorrer y llego al bar de siempre. Suena buena música, me paro y busco. Cuando la encontré bailaba tan bien que me calentaba de solo verla. Me apoyé en la barra y la mire, ella sabía que la miraba, y se calentaba. Hermosa y naturalmente puta. Pelo largo y negro, ropa ajustada para contener lo incontenible y los ojos del color que quieras.
Terminamos rápido en casa. Entre sabanas sucias le di excusas de mi existencia, pero ella no quería escuchar nada de eso, sino cosas desagradables. Cada tanto algún grito limpiaba los rincones.
Cogimos hasta que se nos acabaron las fuerzas y seguimos un poco más hasta que se nos acabaron las drogas. Nos mordimos los nombres y nos besamos hasta los apellidos, de chupar ni hablar.
Con la facilidad que se sacó la ropa, se la puso. Se recogió el pelo y se fue del departamento sin cerrar la puerta, sin decir nada. Lamentablemente me gustan así...lindas, putas e histéricas.
En fin...buen sexo.

martes, 11 de septiembre de 2007

perros

Me acuerdo cuando tu culo secuestró mi mirada. Nunca nadie llamó para pedir rescate, al que nunca nadie hubiese pagado. Mientras...tus piernas dos pecados y tus tetas otros dos, me desvalijaban la cabeza.
De pronto me volví cristiano solo para venderle mi alma al diablo por un polvo con vos. Pero no hizo falta. Fui tan poco caballero que te volví loca y me arrastraste hasta tu habitación como una ninfómana con meses de abstinencia.
Hicimos lo que aún no tiene definición y nos mordimos hasta los tobillos...amaba tus tobillos. Entre polvo y polvo me contabas de tu vida, y entre tiros me decías lo que harías con la mía. Debí creerte...por lo menos ahora lo hago.
Entre tus adicciones y mis malas actuaciones nunca llegamos a nada serio y para peor de las cosas me empezaste a gustar...que lástima. Tan joven, tan buena.
Hoy me parece verte en un rincón de la casa. Vestida para salir, con tus collares y tus aros. Vestida. Tu fantasma me hace mal y levanto las persianas para tratar de espantarte, pero vos te vas por tu cuenta. Sola y enojada, me mirás por sobre tu hombro, murmurás algo y caminás hasta la puerta.
Puta, ni muerta sos feliz.