domingo, 31 de mayo de 2009

apunten, fuego

Como un certero disparo.
Tu huella estrellada en mis anteojos.
Dibujada. Aplastada. Incrustada.
Un desesperado intento de sujetarme que termina concentrado en mi lente, en mi prótesis ocular.
Una avalancha de afecto, tratando de evitar que me vaya.
Potente. Quirúrgica. Efectiva.
Logra frenarme a metros de la puerta, con el paraguas ya en la mano.
Intimidado, desando mis pasos.
Tu dedo me sigue apuntando.