Cada vez te recuerdo menos. Me cuesta imaginarte. De a poco las paredes de mi cabeza te van diluyendo, hasta que finalmente me olvide de cómo era tu cara. Y definitivamente voy a pasar todo esto a retiro.
Para peor de las cosas, la chica que se parecía a vos se cortó el pelo y ya no puedo jugar a recordarte; a sentir ese instante explosivo en que mi cabeza creía verte, para esbozar una sonrisa y, de nuevo, caer en que solo se trata de simples parecidos.
Aún, a veces cuando la miro de espaldas, hago el esfuerzo y me trae a la memoria el invierno en el que tenías esos aros grandes. Esos que solían hacer tanto ruido cuando se caían al suelo. Eran sumamente delatores y teníamos que tomar todos los recaudos. Ella usa aros parecidos.
Pero ustedes ya no se parecen, y ese gesto o manera de mover la mano y de correrse el pelo que encontraba similar ya no está más. Simplemente desapareció, así como desaparecieron tus aros.
Me he planteado si esto no es una ocurrencia mía o alguna clase de estupidez mental y finalmente llegué a la conclusión de que nunca exististe. De que nunca compartimos nada.
Para peor de las cosas, la chica que se parecía a vos se cortó el pelo y ya no puedo jugar a recordarte; a sentir ese instante explosivo en que mi cabeza creía verte, para esbozar una sonrisa y, de nuevo, caer en que solo se trata de simples parecidos.
Aún, a veces cuando la miro de espaldas, hago el esfuerzo y me trae a la memoria el invierno en el que tenías esos aros grandes. Esos que solían hacer tanto ruido cuando se caían al suelo. Eran sumamente delatores y teníamos que tomar todos los recaudos. Ella usa aros parecidos.
Pero ustedes ya no se parecen, y ese gesto o manera de mover la mano y de correrse el pelo que encontraba similar ya no está más. Simplemente desapareció, así como desaparecieron tus aros.
Me he planteado si esto no es una ocurrencia mía o alguna clase de estupidez mental y finalmente llegué a la conclusión de que nunca exististe. De que nunca compartimos nada.
De que te inventé un invierno. Por qué no, ahí donde las paredes de la cabeza fabrican pensamientos.