martes, 14 de julio de 2009

The Dude

Una puntada en el ojo derecho que se expande lentamente por toda la cabeza. Acidez estomacal. Gases. Lagañas.
Las agujas marcan las 3 de la tarde.
Me levanto. Me estiro.
Reflexiono sobre el significado de la vida. Tacho otro día en en calendario.
Camino a la heladera y busco la leche, solo la leche...el resto del desayuno está servido en la mesa.
Vodka. Licor de café.
Instantáneamente aparece un ruso blanco frente a mi. Impecable. Imponente. Impotente. Frío.
Tomo.
Me llevo el vaso conmigo al baño mientras me lavo los dientes. Enjuago. Meo.
Vuelvo a tomar.
Voy hasta las ventanas y corro las cortinas.
La puntada poco a poco desaparece, mientras que el sol, menos de a apoco que la puntada, empieza a calentar el parquet y los dedos de mis pies.
Vuelvo a tomar.
Vuelvo a reflexionar.
Vuelvo a tomar. Muerdo los hielos como si fueran huesos.
Otro white russian ha muerto en el camino.

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