martes, 6 de mayo de 2008

dientes

Fue una buena excusa la que me diste, pero lamentablemente me fue insuficiente. Todavía pienso en tus dientes. No en vos, sino en tus dientes.
Es una lástima que ya no los vuelva a ver. Realmente me gustaban. Eran blancos y brillantes. Parecían perlas perfectamente colocadas una al lado de la otra con milimétrica exactitud.
Junto con tus labios conjugaban una maravillosa sonrisa capaz de distraer a cualquiera que caminara al lado tuyo.
Hace tiempo que venía siendo víctima de una nimiedad. Es una lástima no poder seguir siéndolo.

No hay comentarios: