Calzoncillos de oferta.
Perlas que no son perlas.
Perfume pseudo francés.
Eran los dos hermosamente mediocres.
Esa noche hablaron de comprarse una casa en Munro y, de a poco, armarce un chalecito en San Clemente.
Al otro día, él se levantó temprano para ir a trabajar a la fábrica.
Ella tenia que viajar hasta Lomas a limpiar la casa de un abogado.
Ni el abogado, ni el dueño de la fábrica tienen tanta suerte.
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