miércoles, 12 de septiembre de 2007

polvo

No puedo dormir...la luna brilla mucho y me rompe las pelotas. La luz se escabuye por las endijas de la persiana y se me clava en la pupila como un alfiler de gancho. Medio ciego y medio enojado, me levanto.
Hace tiempo que no duermo bien. Me faltan tus ganas de querer clavarme los dientes a la madrugada. Dónde voy a encontrar una puta tan puta como vos?
Salgo a recorrer y llego al bar de siempre. Suena buena música, me paro y busco. Cuando la encontré bailaba tan bien que me calentaba de solo verla. Me apoyé en la barra y la mire, ella sabía que la miraba, y se calentaba. Hermosa y naturalmente puta. Pelo largo y negro, ropa ajustada para contener lo incontenible y los ojos del color que quieras.
Terminamos rápido en casa. Entre sabanas sucias le di excusas de mi existencia, pero ella no quería escuchar nada de eso, sino cosas desagradables. Cada tanto algún grito limpiaba los rincones.
Cogimos hasta que se nos acabaron las fuerzas y seguimos un poco más hasta que se nos acabaron las drogas. Nos mordimos los nombres y nos besamos hasta los apellidos, de chupar ni hablar.
Con la facilidad que se sacó la ropa, se la puso. Se recogió el pelo y se fue del departamento sin cerrar la puerta, sin decir nada. Lamentablemente me gustan así...lindas, putas e histéricas.
En fin...buen sexo.

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